100 LOS SACRAMENTOS DE INICIACIÓN


Introducción: Una Visión para la Iniciación Cristiana

No hay mayor alegría para una comunidad parroquial que experimentar la iniciación de nuevos cristianos en la Vigilia Pascual. “¡Oh noche verdaderamente bendita, digna de conocer el tiempo y la hora en que Cristo resucitó de los infiernos!” (Exultet), la comunidad encuentra a Cristo resucitado en la iniciación de nuevos discípulos; escuchan el Evangelio de Pascua proclamado de nuevo cuando ven a hombres y mujeres levantarse con Cristo a una nueva vida de gracia.

Antes de que la comunidad llame a los catecúmenos y candidatos a los sacramentos de iniciación, debe hacerse todo lo que se pueda para fomentar una conversión genuina con aquellos que van a ser iniciados. El proceso de conversión dura toda la vida y está conectado de forma única a diferentes niveles del desarrollo humano. La iniciación cristiana supone que la evangelización ha comenzado, que la Palabra de Dios ya ha comenzado a transformar la vida del individuo, y que ha habido un espíritu de cooperación por parte de la persona para poner en práctica lo que uno cree y el deseo de seguir la vida de uno en las enseñanzas de Cristo.

El llamado continuo a la conversión es fundamental para la comprensión pastoral de la iniciación cristiana. Todos los cristianos están invitados a una participación más íntima en la muerte y resurrección de Cristo, a una apreciación más completa de la tradición cristiana de oración, credo, formación de fe continua y un papel más activo en la misión de la Iglesia. En consecuencia, todos los esfuerzos pastorales para implementar plenamente el orden de iniciación cristiana inevitablemente afectarán la vida de la parroquia. Priorizar la misión evangelizadora de la Iglesia es fundamental; todo el trabajo pastoral debe ser evaluado a través de esta lente. La implementación de esta visión sacramental de la iniciación cristiana puede indicar la necesidad de una conversión y renovación continua de la parroquia.

Sueño con una “opción misionera”, es decir, un impulso misionero capaz de transformar todo, para que las costumbres de la Iglesia, las formas de hacer las cosas, los tiempos y horarios, el lenguaje y las estructuras puedan canalizarse adecuadamente para la evangelización del mundo actual en lugar de para su auto preservación (Evangelii Gaudium, núm. 27)

La diversidad cultural en la Arquidiócesis debe considerarse al establecer la práctica parroquial. Se alienta a las parroquias que compartan experiencias culturales comunes a reflexionar sobre las implicaciones de los valores y costumbres culturales específicos, y a avanzar colaborativamente hacia una práctica consistente. Aunque se respete la necesidad de adaptación pastoral, existen, no obstante, normas pastorales que deben respetarse. Estas políticas y procedimientos enumeran varias de estas normas y aclaran algunas de las preguntas surgidas de la práctica pastoral. Al promover una práctica consistente con respecto a los sacramentos de iniciación, la esperanza es que la visión detrás de estos ritos se fortalezca.

Nota Organizacional

Este documento ha sido estructurado en cuatro secciones que reflejan de forma general la manera en que los equipos parroquiales traen personas de todas las edades a la Iglesia, a través de los Sacramentos de Iniciación. Hay una duplicación de algunas partes o conceptos entre estas secciones para hacer de cada sección esencialmente un recurso “independiente” para el grupo de liderazgo que sea objetivo de su parroquia.

Estas secciones son:

  • Rito de Iniciación Cristiana de Adultos para Adultos (Bautismo, Primera Eucaristía, Penitencia y Confirmación) y que también incluye la iniciación apropiada para adultos no católicos, válidamente bautizados previamente (Profesión de Fe, Primera Eucaristía, Penitencia y Confirmación);
  • RICA (Rito de Iniciación Cristiana para Adultos) para niños entre las edades de 7-18;
  • Bautismo de infantes; y
  • Confirmación para los católicos bautizados en edad infantil.